Hoy día, las organizaciones no sólo son susceptibles a los cambios, sino que también deben cambiar periódicamente, con el fin de poder adaptarse a las constantes transformaciones que se dan en el mundo que las rodea y en las personas que las conforman.
Cualquier cambio implica riesgos, y más aún si es inesperado. Por tal motivo, la clave para el afrontar los cambios en la organización está en la planificación. Y en eso se basa precisamente el Desarrollo Organizacional: en el cambio planificado.
Ahora bien, definamos el concepto. El Desarrollo Organizacional (DO) es el proceso planificado que busca ayudar al desarrollo de una organización, a fin de hacerla más eficiente a la hora de cumplir con los objetivos que se han fijado.
Existen varias teorías y modelos para el Desarrollo Organizacional, pero podemos identificar siete fases del proceso que, explicadas de forma breve, son:
- Inicio: conocer a un cliente potencial y discutir sus preocupaciones.
- Contrato: acordar qué debe hacerse, cómo y cuándo se va a realizar y qué costo tendrá.
- Diagnóstico: llevar a cabo una evaluación para determinar los temas claves que se tienen que solucionar.
- Feedback: resumir y discutir los resultados obtenidos de dicha evaluación con el cliente y otras personas implicadas.
- Planificación de la acción: elaborar un plan de acción basado en los resultados de la evaluación y en las principales preocupaciones del cliente.
- Intervención: poner en marcha estrategias que nos lleven hasta los resultados deseados.
- Evaluación: determinar el grado de éxito de las intervenciones, identificando aspectos positivos y negativos que guarden relación con los resultados obtenidos y con el proceso realizado.
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